La labor educativa con nuestr@s hij@s, la labor de economista familiar, la de canguro de los nietos y muchas más tareas que realizamos sin remuneración y con poco o nulo reconocimiento.
Vivimos en la Era de la desigualdad donde las mujeres sufrimos la Brecha Salarial, que obliga a una mujer a trabajar una media de 50 días más al año que nuestros compañeros los hombres para ganar el mismo salario.
Las profesiones donde las mujeres son mayoría están peor remuneradas, basta con comparar la limpieza, educación infantil o dependencia con sectores donde el hombre es mayoritario como la seguridad, el saneamiento urbano o la construcción.
No es esta la única desigualdad que sufrimos las mujeres. En muchos países se prohíbe o se persigue el acceso a las mujeres a la educación, no debemos olvidar el caso de Malala y su lucha por la igualdad de mujer en India.
En otros países las mujeres somos victima de la trata de seres humanos y la explotación sexual. Desde aquí, condenamos el asesinato hace pocos días de las dos mujeres turistas que fueron asesinadas en ecuador y cuyo único delito fue viajar libremente.
Pero no hemos de ir tan lejos, aquí las mujeres somos victima de la peor de las violencias, la violencia machista, una plaga de terrorismo que seguirá extendiéndose sino se ponen medidas eficaces para proteger a la mujer en su propio hogar.
Frente a este panorama el sindicato es la mejor herramienta para combatir la desigualdad. En este sentido tenemos que reconocer la labor que se realiza con FORMAGREB para la incorporación al mundo del trabajo de las mujeres en países del norte de África.
También Sindicalistas Solidarios realiza tareas para la organización de trabajadoras en el sector informal de Nicaragua y el El Salvador o en Chiapas (México) con las trabajadoras de la maquilas.
Os recordamos que el sindicato anualmente realiza vacaciones solidarias para conocer de primera mano y colaborar con el trabajo que el sindicato realiza en estos países.
Para las trabajadoras del sector de la dependencia, nuestro centro es un buen ejemplo de lucha y desobediencia contra la desigualdad. Durante la huelga del sector la UGT organizo un acto de desobediencia. Después de 54 días de Huelga decidimos desobecer el decreto de servicios mínimos que eran iguales a la plantilla contratada en aquel momento.
3 años llevábamos trabajando en servicios mínimos y decidimos desobedecer, mucho antes de que lo hicieran los controladores aéreos y con una gran diferencia. El sueldo medio en aquel momento en nuestro sector era de 750 euros brutos y el de los controladores más de 4000.
Aquellas trabajadoras que desobedecieron tenían algunas cosas en común, eran mujeres, eran precarias, no tenias miedo, eran afiliadas y delegadas de la UGT. Gracias a ellas conseguimos mejoras, no eran las que queríamos pero eran mejoras.
Hoy celebramos un mejor acuerdo, un acuerdo donde premia el trabajo bien hecho con la carrera profesional, donde se premia el sobreesfuerzo con el Factor K, la iniciativa con las ideas de mejora y también cuidar el medio ambiente con la clausula eco solidaria.
